Aunque muchos no lo digan o lo eviten el cotejo de esta noche ante Chile, por la décima fecha de las Clasificatorias al Mundial de Brasil, tiene trascendencia ‘bisagra’. Representa la oportunidad de doblar el rumbo. Nos mete en la ruta nuevamente o nos despista hasta impactar letalmente sobre la berma y estirar la pata como animal envenenado. En otras palabras, o ganamos o quedamos eliminados.

Pues, y dentro de un análisis muy simple, para llegar a Brasil 2014 se debe sumar un mínimo de 25 puntos – según ubicaciones de las últimas tres eliminatorias sudamericanas- o hasta 23 si se desea pelear el repechaje. Lamentablemente, nuestra selección tiene ocho unidades y tras enfrentar a los mapochos sólo restarían seis partidos por disputar. Osea, una derrota obligaría a ganar prácticamente todos los enfrentamientos restantes. Más difícil que comer vidrio.

Chile estrena a Sampaoli, un entrenador obsesivo, extremadamente meticuloso y que, por tanto, requiere plazos amplios y muchas horas de trabajo para plasmar claramente sus estrategias en un torneo que no te da mucho tiempo para entrenar o reunir a los seleccionados. Allí tenemos la ventaja más clara dentro de un lance que se proyecta bastante parejo y con dos cuadros en mala racha y afectados por lesiones.

¿Debería arrancar Reyna? No lo creo adecuado. Es un delantero con mucho potencial pero todavía formándose, quien en el medio local enfrenta zagueros limitados y no al nivel de los varios consagrados que tiene el equipo sureño. Y Perú, ahora, no está para probar futbolistas. Podría sucederle lo mismo que, en su momento, les ocurrió a Manco, Carrillo, Johan Sotil y varios más.

La cita es a las 9.10 p.m. A verlo con canchita y su ‘chela’.

Hasta la próxima.

o.rivasplata@pucp.edu.pe