“Me quiere el Sao Paulo, Fluminense y Flamengo”. Tan atrevido como los escotes de Lady Gagá. Eso ha dicho Reimond Manco, tras ser encontrado en Lima. En su exilio obligado luego de su cese en el Al Wakrah de la primera división árabe. Uno de los tantos clubes que recogió las promesas de mejorar de un chico a quien la fama se le subió a la cabeza. Que nunca, además, fue tan crack como lo pintaron pero sí posee obvias capacidades para trascender en el deporte más popular del mundo.

Lamentablemente, entre una base familiar inadecuada, un entorno futbolístico chauchilla, cierta prensa que le hizo creer era el nuevo Pelé y su claro afecto a la indisciplina, hoy, el que fuera “Jotita” parece un jugador retirado.

Ya ni los hinchas de Alianza Lima, equipo que lo formó y dice amar, lo quieren. Menos el Juan Aurich. Por ahora “descanso y analizo ofertas” asegura quien tantas veces ha prometido cambiar. Ojalá no estemos viendo los pasos del nuevo ‘ Kukín’ Flores. Al menos, dice querer descubrir nuevos “Jotitas” en la academia que inauguraría. Hasta la próxima.

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