Las penosas actuaciones de los equipos nacionales en la Copa Libertadores y Sudamericana 2012, con estadísticas lamentables – catorce partidos jugados y sólo tres ganados -, devuelve una interrogante que ya muchos nos hacíamos un par de años atrás, cuando se anunció que al Perú se le aumentaría el número de clasificados a tales certámenes: ¿merece la ADFP tener siete cupos a eventos continentales?

¿Cuál es el sustento para que, en una liga considerada débil en el contexto mundial y en un país cuya selección se ubica última en Sudamérica, se otorgue accesos a lides internacionales hasta el sétimo lugar y en sentido tan desproporcionado respecto del número de participantes en el torneo local (16 clubes)?

En asociaciones como la argentina o brasileña el número de boletos es mayor pero se entiende por el nivel que tienen. En el caso peruano, de ninguna manera, y los resultados, fríos e inobjetables, lo corroboran.

Por tanto, adecuado sería revisar un sistema de clasificaciones que obedece a ambiciones exclusivamente económicas de parte de la Conmebol – como mayores ingresos por taquillas, pagos por sponsoría, derechos televisivos, etc - por encima de méritos deportivos.

De no hacerlo seguiremos exponiéndonos a actuaciones tan vergonzosas como aquellos nueve goles que recibió Sport Huancayo en Uruguay el 2010. Al menos que nos toque enfrentar a oncenas de quinto nivel o, más difícil que Acuña y Murgia trabajen unidos por la región La Libertad, el fútbol peruano se torneo serio, competitivo y planificado. Hasta la próxima.

o.rivasplata @pucp.edu.pe