Ilusiones rojiblancas, sólo eso
Ojalá el fútbol no tuviera tanto impacto. Como desearía que su influencia no pasara los límites del campo de juego o las enormes puertas del estadio que acoge tal o cual partido. Que cada derrota no generara tantas caras largas y amaneceres fríos o una reunión donde los bocaditos y la cerveza volvieron a ser guardados pues perdimos 1-0 y todos quieren irse ya. Peor aún, que a mi sobrino se le vidriaran los ojos cuando el reloj marcaba descuentos, agarrado fuertemente de su gorrito rojiblanco.
Colombia no solo se llevó tres puntos. También nos jodió tempranamente las ilusiones – a más de 20 millones de incas que gustan del balompié- de la mano de un cuadro tan simplista como ordenado. Que fue eficiente y al que le bastó una sola ocasión muy clara para meterla mientras los nuestros se caían solos a la hora de definir. Que tiene muchas figuras con gran fortaleza física y triunfando en los mejores clubes del mundo en tanto aquí debemos rezar para que algunos ‘europeos’ no se lesionen.
Y quisimos apelar al ‘Periquito’ de quien mucha prensa exageró terriblemente sus capacidades. Y luego la ‘Pulga’ se perdió en el pelambre de los rudos zagueros colombianos mientras Farfán centraba un balón al tiempo que se cogía el muslo anterior. Y Pizarrito, Varguitas y Zambranito sólo miraban y se comían las uñas. Como tantas veces ya. Como tantas veces falla Carrillo – sólo cuatro goles en casi 45 partidos con el Sporting Lisboa – frente al marco y Guerrero debe fajarse, abandonado, en la línea de ataque. Para colmo, el ‘Mago’, cuando más serenidad debe mostrar, parece contagiarse y hace cambios equivocados o se molesta con los reporteros.
En tanto, la masa, cansada de tanto fracaso, no acepta explicaciones. ¿Y quién entendería que tenemos muy pocos jugadores de jerarquía internacional y que sin los nominados ‘fantásticos’ las posibilidades se reducen demasiado y esta vez, al menos, jugamos con dignidad? Ojalá el fútbol no tuviera tanto impacto.
Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe